Está pasando... Aunque cueste creerlo podría ser cierto, o al menos eso dice un estudio hecho por la empresa Initial Higiene en el Reino Unido, que muestra que las asas de los bolsos de cualquier mujer contienen de media más bacterias que el pulsador de una cisterna.
Los bolsos que sirvieron de base para el estudio fueron los de empleadas de oficina, y los baños, los de edificios públicos. Y aún hay más, los objetos aparte de las asas, que mayor índice de contaminación contenían, eran las cremas de manos, las barros de labios y el rimel. Además señalaban que el material de piel, por su textura esponjosa facilita la propagación de bacterias, y recomendaban la higiene, el lavado de las manos y la limpieza más frecuente del bolso.
Peter Barratt, Director Técnico de Initial Hygiene comentaba que... “los bolsos están en constante contacto con nuestras manos y con una gran variedad de superficies, por tanto el riesgo de propagación de gérmenes es muy alto, sobre todo teniendo en cuenta que los bolsos rara vez se limpian”.
Y para los incrédulos, ¡sabed! que el estudio se realizó en marzo de 2012, y utilizaron un equipo bioluminiscente que detecta la presencia de ATP (Trifosfato de Adenosina), energía presente en el interior de una célula cuya presencia puede utilizarse como indicador de actividad microbiológica.
Estado: Asqueada.
Pensamiento: "Considero que es vital tener un tipo de bolso para cada una de las diez ocasiones sociales: muy formal, no tan formal, solo un poquito formal, informal pero no tanto, para cada día, para días alternos, viajes diurnos, viajes nocturnos, teatro y una cita amorosa", La Cerdita Peggy.
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